La verdad es que no parecía Navidad, ni noche vieja, ni año nuevo... que extraño! Calorcito, playita, hamacas, una buena lectura ("La Catedral del Mar", Rosa y "Un trabajo muy sucio", Marc), una cervecita por aquí, picoteo por allá.. Que pasa el heladero!!!! (Con su bici cargado de helados por la playa). Un heladito de coco!!! (Son de la marca Frigo pero se llaman Pingüino y tienen unos helados artesanos de coco, mora... ummmm deliciosos!)
Y el día 19 Marc y yo nos fuimos a Manta con Roberto con intención de comprar un buen sombrero de Montecristi (una población cerquita de Manta famosa por sus sombreros de paja). Para llegar a Manta hay que pasar por Bahía de Caráquez y para ello tomar la "gabarra".
Y aquí la gabarra cargando coches para atravesar de San Vicente a Bahía. Lo de la derecha es un taxi, en San Vicente hay muchos de estos. Veis las gallinas en el suelo?
Los taxis-moto y bici (el negocio que Marc quiere importar a Barcelona).
Bahía era lo más parecido a Peñíscola pero en versión sudamericana. Desayunamos un buen plato de huevos revueltos con café y al coche de nuevo.
Miren los "años viejos"!
Con esas cabezas hacen muñecos que quemarán en fin de año, queman el "año viejo".
Al llegar a
Montecristi, Roberto nos lleva a comprar el famoso sombrero. Paseamos con el coche por las calles hasta encontrar una
casita donde pone "fábrica de sombreros", es el portal de una casa donde un hombre sentado en la puerta teje un sombrero con las manos. Entramos y nos atiende la mujer, la entrada es oscura, hay un armario con sombreros en el interior, una vitrina con
figuritas de paja y una
mesita donde la mujer comienza a depositar sombreros... este de 5
usd, este de 20, de 60, de 80, de 200... el de 600 no hace falta que lo saque señora! Bueno, la verdad es que uno no viene muy a menudo a
Montecristi a comprar un sombrero y como el que lo va a lucir es mi padre... Señora, por cuanto me deja este! (Ya
sabéis que soy la reina del regateo,
ejejje!) La diferencia entre los sombreros era
increíble, mientras los baratos eran ásperos he imposibles de doblar el sombrero de mi padre era
suave al tacto y nos lo guardó en una
cajita de
balsa que nadie creería que ahí dentro se esconde un sombrero tan lindo como ese! Valió la pena hacer el viaje!
Y al llegar a Manta, una buena recompensa... un pesacadito con patacones.
Y de vuelta a Canoa...
Las
casitas de la zona son como los Hórreos de Asturias. Para evitar las inundaciones y la entrada de
animalitos como serpientes, roedores, etc.
Pero mucha gente acaba cerrando la planta baja con ladrillo.
Que os parece la parada del bus?
Este tipo de árbol parecía sacado de un cuento de hadas, las ramas parecían brazos, el tronco tenía unas arrugas y una textura que jamás había visto, los había barrigones, solo les faltaba levantarse y salir corriendo.
El pueblo era superhippie, vendían artesanías, pendientes, pulseras... el paraíso de los chiringuitos pero por la noche aquello parecía las Vegas y como estábamos en fiestas la gente venía por la noche de farra. Cual fue nuestra sorpresa, mientras pedíamos un coco y una piña colada... La camarera al camarero: Aquells senyors d'allá (no tinc accent obert) volen un got... No hi ha gel!. El camarero a la camarera: Alba porta'm el ganivet! Y Marc y yo con la boca abierta... SON CATALANES!!! Jajaja... Com nosaltres, una parella jove viatjant per l'Ecuador i treballant a un bar a Canoa. Ell de Lleida i ella de Barcelona, vam posar en práctica el nostre catalá.
Por la noche un paseíto por el pueblo.
Y llegó el 2009!
Y en el nuevo año... a
volaaaaar en
parapente! Una sensación única. Este año promete.
Preparados, listos...
Yaaaaa!!!!
Esa soy yo.
Y ese es Marc.
Que envidia verdad...